viernes, 5 de octubre de 2012

Los nadies: los hijos de los nadies, los dueños de nada.

Sucede que la vida nos sucede, nos encuentra perdidos en el mundo de lo cotidiano, entre el ir y venir de los días que nos pasan casi desapercibidos.
Hace ahora 8 años me encontraba ingresando a la Lic. en filosofía, en aquél entonces un profesor que con los años perdió mi interés en su quehacer como pensador, dijo una frase que muchas veces en los años posteriores me ha perseguido:
"la filosofía les arruinará la vida"
Sucede como la vida sucede, que efectivamente, a esta altura del camino, creo que aquél hombre tenía la razón. La vida se arruina, pero no porque uno se olvide de como vivir, sino, porque uno no encuentra la forma de vivir feliz cuando se compromete con la revisión crítica del contexto en el que se desarrolla.
La revisión crítica del mundo desde la filosofía, implica un análisis de los presupuestos sobre los cuales se establecen las valoraciones y las nociones que rigen los discursos que circulan en la sociedad. Se trata pues, de comprender, por decirlo a manera aristotélica, las primeras causas.
Durante los últimos meses he mirado los movimientos sociales que se originan a través de las irregularidades que ha demostrado el sistema político mexicano. Para mi propio asombro, no he logrado conceder a estos un poco de simpatía, no se mal entienda, no quiero decir que su fin no sea noble, o que persigan algo que no valga la pena en la persecución, es simplemente, que no me ha sido posible identificarme.
Movimientos como los famosos "132" han logrado incluso crisparme los nervios con algunas de sus demandas, posturas y propuestas. Se me acusó entonces de "apática", creo que sin saber el adjetivo que me  asignaron no pudo ser mas atinado, esto si  le pensamos como antónimo del ser "empática", no puedo compartir, no me es posible posicionarme en el lugar de ellos, y por lo tanto, no me es posible tampoco generar una visión positiva sobre algo que siento tan ajeno, tan lejos de mi.
Si bien, es cierto que existe una práctica perversa por parte del gobierno y los medios de comunicación, no he creído jamás que el remedio del mal pueda encontrarse dentro del mal mismo. No podemos curarnos del Estado desde la legitimación del Estado.
Cuando se realizan marchas, cuando se habla de exigir a las autoridades, sucede que nos olvidamos radicalmente, de que nuestra queja es el punto que legitima dicho sistema, es decir, el Estado nos permite disentir, nos permite marchar en su contra, véase la constitución.
La tendencia que se observa de los organismos gubernamentales desde la postura de algunos pensadores, es a abarcar toda la violencia antisistémica, de legislarla, de asignar momentos, tiempos y espacios para disentir, de diseñar formas "legitimas" para gritar que el sistema no es "legitimo", entonces lo que amenazaba al sistema se convierte instantáneamente en una herramienta más para perpetúarlo.
Se me ha acusado también de una búsqueda de muerte y sangre, acusación por demás ridícula, se me ha dicho "incivilizada", pero habría antes que revisar los presupuestos bajo los cuales la idea de "civilizado" existe.
Movimientos como este, que tachan con un adjetivo de "salvaje" o "violento" a cualquiera que ose insinuar que su postura es tibia, me resultan por demás risibles. No se trata de sangre, armas y revolución, se trata de generar estrategias más complejas que puedan traducirse en factores de desestabilización del Estado. Se trata de atreverse. Resulta paradójico ver como de la lucha de todos, movimientos como este, se encargan de excluir a los "todos" que no comparten sus posturas intelectuales. Parece una caricatura ver a los que reniegan del Estado, comportarse como el Estado. Ver a los democratizadores de los medios, acaparando los micrófonos y deslindándose de todos aquellos que no comparten al 100% su visión.
Entonces como sucede que la vida sucede, la voz de los que buscan la modificación en el estado de las cosas, se ve  absorbida por esos "132", son ellos el modelo, son ellos los que dan pauta y deciden las peleas que deben lucharse.
Esto, aunque ridículo  no debería jamás parecer extraño, cuando no existe una reflexión crítica lo único que se genera a través de estos "contra modelos" es heredar los vicios del modelo desde su polo opuesto.
Y aunque se me acuse de "radical" de "descalificar" como precisamente critico (aquí me permito citar a uno de mis profesores favoritos y decir que esto es como la escalera de Wittgenstein), me encuentro en la necesidad de expresar, que quien demanda internet, en un país de hambre, no debería ser la voz de un pueblo. Que quien paga de colegiatura lo que un obrero gana en un año, no debería ser el que marque la pauta sobre cómo uno debe gritar que está cansado.
La rabia de los ningunos de Galeano, no puede traducirse a la vida de un estudiante de universidad privada, no puede porque no existe manera alguna en la que pueda apropiársela, el hambre que para unos es concepto y es indignante, es para otros una realidad y un hueco en el estomago.
 No puede suceder que los civilizados, sigan diciéndole a los salvajes por hambre, que deben aprender buenos modales, que gritar de más estar prohibido, que pintar una mentada de madre en la pared es bandalismo, que deben domesticarse.
No pueden los beneficiados por el sistema ser los que luchen contra el sistema, porque esa no podrá ser sino una lucha hipócrita y ficticia.

Sucede que la vida sucede, y que siguen soñando las pulgas con comprarse un perro, y siguen soñando los nadies con salir de pobres, con que algún día les llueva de pronto a cántaros la buena suerte

Yo no soy 132.

Punto, fecha y firma, así lo dejo escrito.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Cayó el conejo


Cayó el conejo, y de un solo golpe dio muerte a su reloj y al tiempo que le perseguía desde hace ya tanto.

Cayó y por fin sintió que la prisa se le había terminado, sin ese sonido, sin el tic, tac, que le recordara que era hora del té.

No habría mas necesidad de tratos hipócritas con el tiempo, de adularlo y estar en “buenos términos” con él, solo se había detenido, había terminado sus pasos pequeños y asesinos.

Concluyó tras un arduo trabajo de análisis y teorías físicas que alguien dijo, que dijo alguien mas que; “había llegado el fin de los tiempos “, se debe aclarar que este conejo no estaba de ninguna manera contaminado por alguna idea apocalíptica, esa frase debe tomarse en el sentido mas literal: no mas tiempos de comer, no mas tiempos de lluvias, no mas tiempos de dormir, no mas tiempos de ir a la escuela y lo mas importante no mas tiempos del té.

Así fue que dicho conejo tomo una escopeta un traje militar y un pasamontañas (en alusión a alguien con quien el conejo se encontró una vez) y se fue decidido a terminar con todos los relojes de todos los mundos.

Era de suma importancia para la misión atacar esas fábricas donde es que el tiempo se hace

los que reproducían los relojes eran los culpables de nuestra interminable prisa, de nuestro ir y venir a toda velocidad, sin saber a donde vamos ni de quien corremos, esos demonios disfrazados de máquina que reproducen manecillas, extensibles, “pequeños infiernos”.

Esos divulgadores del tiempo, que nos hacían creer que era ¡tarde¡ tarde¡ , que nos obligaban a llegar “puntuales”. Eran los culpables de nuestras penurias, pues perseguidos por este demonio invisible, no había oportunidad de detenerse a ver llover, o a mirar hacia la nada.

Es difícil ser conejo, sobre todo en esta época donde hay que ocultar la colita de algodón entre los pantalones, caminar sin dar saltos, pasar desapercibido teniendo unos grandes bigotes y una nariz rosada, nadie se acostumbra a los que son diferentes, y aunque exista
gente que se crea vampiro o murciélago, ser conejo sigue siendo difícil.

La rebelión comenzó un día, no se cual, seguro pudo ser cualquiera, encapuchado y armado hasta los dientes, salió el conejo a la lucha. Yo nunca lo vi, pero escuche algún día de un “hombre” que a martillazos asesinaba relojes por las calles, muchos pensaron
que era jefe de alguna guerrilla, por llevar el rostro cubierto y una pipa en la boca,
pero nadie puede culpar a estos ingenuos hace ya muchos, muchos años que nadie cree que los personajes de cuento de vez en cuando vengan a visitarnos.
Finalmente el conejo tuvo que retirarse, nunca mas se escucho de él.
Unos dicen que se fue a vivir al norte, dicen que allá las oportunidades son muchas, otros (como yo) creemos que regresó al país de las maravillas y desde allá unido a una oruga, unas flores y un hombre con un sombrero muy grande forma un nuevo ejercito que volverá con mas fuerza, a terminar con el tiempo ese mal que nos ha robado a todos los hombres poco a poco la mirada

lunes, 28 de mayo de 2012

El bien no se hizo para todos, entre ellos yo.


Me molesta seriamente la moda en la que ha entrado todo ese discurso espiritual, meditación y sus acompañantes, “filosofías de vida”  y lo pongo entre comillas porque quiero hacer notorio mi sarcasmo.
Ahora resulta que cualquier burgués o aspirante, está más en contacto y armonía con lo “divino”, que  además de las cuestiones primarias, como el techo y la comida, también son propietarios del espíritu, lo cual me provoca más asco.
Todas estas disciplinas funcionan en nuestro sistema de forma bastante perversa, sirven para limpiar las conciencias de los acaudalados, que últimamente necesitan sentirse altruistas, para probar lo anterior solo hay que ir a la realidad y observar  que es fácil meditar, ser vegetariano y ambientalista, cuando se tiene el tiempo y el dinero para solventar estas actividades. Pocos serán los casos (aunque no inexistentes) donde podremos encontrar a una persona de escasos recursos en alguna obra de rescate de animales o de hacer la flor de loto, sobre todo si consideramos que para estas necesitaría sacarse prácticamente el pan de la boca.
La respuesta de los ofendidos frente a esta crítica siempre es la misma, decir que todo está al alcance de todos, la hermosa fantasía que nos dibuja el sistema, todos podemos ser millonarios, todos podemos lograr el éxito si trabajamos duro, sin embargo nuestro salario mínimo por 8 horas de trabajo, nos muestra que ese trabajar duro, va mediado por muchas otras cosas, circunstancias y posibilidades.
Esta discusión siempre parece llegar a un mismo punto , quién podría preocuparse por su equilibrio interior, por el color de su aura por los pajaritos, las flores o alguna otra barbaridad, si no tiene que llevarse a la boca
 Habrá también aquellos que discutan sobre como son precisamente los miembros de las clases menos favorecidas las que apelan a servicios de brujería o “medicina alternativa” (cuya equiparación con los veganos, salvatortugas rescataperros y reciclatodo resulta además arbitraria), sin embargo será menester recordarle a estas personas que dichos servicios  se dirigen en estos casos más hacia acciones curativas, que a equilibrar los chakras, tomando por ejemplo la herbolaría. Esto porque pueden ser mucho más accesibles, dado que no podemos olvidar  la poca importancia que da el Estado a la promoción de la medicina alópata en los lugares menos favorecidos, solo basta recordar cuantas localidades en nuestro país no poseen clínica o médicos.
Esta gente que se sienta en sus laureles a pensar desde su “ espiritualidad” que el cambio comienza por uno mismo,  no puede dar cuenta ni siquiera remotamente del egoísmo de la barrabasada que  afirman, el cambio comienza por ese que tiene acceso al cambio, y quien además no tiene obligación de compartirlo y si decidiera hacerlo no iría como Jesús a predicar al monte, no irá a los barrios bajos, a los que ni siquiera son barrios y si lo hiciera podría asegurar que no serviría de nada, porque no es igual ser “ espiritual” bajo un techo, que serlo bajo un puente. Ya vimos lo que le paso a cristo con los judíos.
Los cambios no son ni individuales, ni “espirituales” (si nos comemos el uso pobre del concepto en este marco) los cambios se dan en la acción, en la modificación del estado de las cosas y se dan a través de la colectividad, de asumir al otro como uno, de apropiarnos del dolor de los que duelen más de lo que dolemos nosotros.
Los cambios no se dan cerrando los ojos, o comiendo mas brócoli, no se dan salvando ballenas , sobre todo si paralelo a ello no tenemos mayor conflicto en pisotear y explotar al otro a fin de pagar un poco mas de este espíritu tan maravilloso que nos venden hoy en día.
Para el desencanto de los burgueses, cuasi burgueses y los que prentenden ser burgueses, debe anunciarse que esas formas para limpiarse la conciencia no son más que eso y no difieren en mucho del papel higiénico, no transforman al mundo y si lo hacen no es una transformación que resuelva los problemas nucleares de ninguna sociedad (véase Zizek y su crítica al altruismo).   Tampoco son seres espirituales, dado que con  cerrar  los ojos y anudar el cuerpo,  la realidad no deja de ser la misma  y mientras ninguno abandone su pequeño reino para donarlo e irse a reproducir el mensaje, no merecen por mi parte respeto alguno.
Así que me gustaría solicitar de la forma más atenta, que dejen de engañarse, que comprendan que todo esto que hacen es producto de una moda que esta vez decidió traernos algo menos dañino que las pieles, pero igual que los abrigos de nutria, esta misión heroica que ustedes  han asumido solo está al alcance de pocos y resuelve los problemas de ninguno.