lunes, 28 de mayo de 2012

El bien no se hizo para todos, entre ellos yo.


Me molesta seriamente la moda en la que ha entrado todo ese discurso espiritual, meditación y sus acompañantes, “filosofías de vida”  y lo pongo entre comillas porque quiero hacer notorio mi sarcasmo.
Ahora resulta que cualquier burgués o aspirante, está más en contacto y armonía con lo “divino”, que  además de las cuestiones primarias, como el techo y la comida, también son propietarios del espíritu, lo cual me provoca más asco.
Todas estas disciplinas funcionan en nuestro sistema de forma bastante perversa, sirven para limpiar las conciencias de los acaudalados, que últimamente necesitan sentirse altruistas, para probar lo anterior solo hay que ir a la realidad y observar  que es fácil meditar, ser vegetariano y ambientalista, cuando se tiene el tiempo y el dinero para solventar estas actividades. Pocos serán los casos (aunque no inexistentes) donde podremos encontrar a una persona de escasos recursos en alguna obra de rescate de animales o de hacer la flor de loto, sobre todo si consideramos que para estas necesitaría sacarse prácticamente el pan de la boca.
La respuesta de los ofendidos frente a esta crítica siempre es la misma, decir que todo está al alcance de todos, la hermosa fantasía que nos dibuja el sistema, todos podemos ser millonarios, todos podemos lograr el éxito si trabajamos duro, sin embargo nuestro salario mínimo por 8 horas de trabajo, nos muestra que ese trabajar duro, va mediado por muchas otras cosas, circunstancias y posibilidades.
Esta discusión siempre parece llegar a un mismo punto , quién podría preocuparse por su equilibrio interior, por el color de su aura por los pajaritos, las flores o alguna otra barbaridad, si no tiene que llevarse a la boca
 Habrá también aquellos que discutan sobre como son precisamente los miembros de las clases menos favorecidas las que apelan a servicios de brujería o “medicina alternativa” (cuya equiparación con los veganos, salvatortugas rescataperros y reciclatodo resulta además arbitraria), sin embargo será menester recordarle a estas personas que dichos servicios  se dirigen en estos casos más hacia acciones curativas, que a equilibrar los chakras, tomando por ejemplo la herbolaría. Esto porque pueden ser mucho más accesibles, dado que no podemos olvidar  la poca importancia que da el Estado a la promoción de la medicina alópata en los lugares menos favorecidos, solo basta recordar cuantas localidades en nuestro país no poseen clínica o médicos.
Esta gente que se sienta en sus laureles a pensar desde su “ espiritualidad” que el cambio comienza por uno mismo,  no puede dar cuenta ni siquiera remotamente del egoísmo de la barrabasada que  afirman, el cambio comienza por ese que tiene acceso al cambio, y quien además no tiene obligación de compartirlo y si decidiera hacerlo no iría como Jesús a predicar al monte, no irá a los barrios bajos, a los que ni siquiera son barrios y si lo hiciera podría asegurar que no serviría de nada, porque no es igual ser “ espiritual” bajo un techo, que serlo bajo un puente. Ya vimos lo que le paso a cristo con los judíos.
Los cambios no son ni individuales, ni “espirituales” (si nos comemos el uso pobre del concepto en este marco) los cambios se dan en la acción, en la modificación del estado de las cosas y se dan a través de la colectividad, de asumir al otro como uno, de apropiarnos del dolor de los que duelen más de lo que dolemos nosotros.
Los cambios no se dan cerrando los ojos, o comiendo mas brócoli, no se dan salvando ballenas , sobre todo si paralelo a ello no tenemos mayor conflicto en pisotear y explotar al otro a fin de pagar un poco mas de este espíritu tan maravilloso que nos venden hoy en día.
Para el desencanto de los burgueses, cuasi burgueses y los que prentenden ser burgueses, debe anunciarse que esas formas para limpiarse la conciencia no son más que eso y no difieren en mucho del papel higiénico, no transforman al mundo y si lo hacen no es una transformación que resuelva los problemas nucleares de ninguna sociedad (véase Zizek y su crítica al altruismo).   Tampoco son seres espirituales, dado que con  cerrar  los ojos y anudar el cuerpo,  la realidad no deja de ser la misma  y mientras ninguno abandone su pequeño reino para donarlo e irse a reproducir el mensaje, no merecen por mi parte respeto alguno.
Así que me gustaría solicitar de la forma más atenta, que dejen de engañarse, que comprendan que todo esto que hacen es producto de una moda que esta vez decidió traernos algo menos dañino que las pieles, pero igual que los abrigos de nutria, esta misión heroica que ustedes  han asumido solo está al alcance de pocos y resuelve los problemas de ninguno.